sábado, 31 de marzo de 2012


El burro mañoso
Pedro Garbo

Carlitos tenía que vender las flores montado sobre un burro. Muy temprano en la mañana lo sacaba del corral, y se iba al pueblo y al oscurecer, volvía a la casa. Una tarde, el burro no quiso seguir andando: el niño trató de hacerlo andar, pero el burro mañoso no se movía. Entonces el pobre Carlitos se sentó en una piedra y se puso a llorar porque su padre lo castigara por demorarse tanto.
Al poco rato pasó por allí un amigo del pueblo llamado Martín y le preguntó:
- Carlitos, ¿por qué lloras?
- Lloro porque el burro no quiere andar y si tardo, mi padre me va a castigar.
- Pues verás cómo yo lo hago andar.
El burro tampoco le hizo caso y Martin dijo:
- Yo también me doy por vencido. Se sentó al lado de Carlitos rezonga que rezonga y en eso pasó una niña llamada Adela:
- ¿Por qué rezongas Martin?
- Rezongo porque Carlitos se ha puesto a llorar, porque su burro no quiere andar y si tarda, su padre lo va a castigar.
- Pues verás como yo lo hago marchar.
Pero el burro siguió sin moverse y la niña dijo:
- Yo también me pondré a lamentarme.
Y se sentó junto a Martin, llorando sin consuelo.
Entonces pasó Sebastián
- Adela, ¿por qué estás llorando?
- Lloro porque llora Martin y Martin llora porque Carlitos se ha puesto a llorar, porque el burro no quiere andar y si tarda, su padre lo va a castigar.
- Pues verás cómo yo con el lazo lo hago marchar.
Pero el burro mañoso se quedo muy tranquilo y Sebastián dijo:
- Yo también me pondré a lamentarme. Y se sentó junto a Adela hecho un mar de lamentos. Poco después pasó por allí un viejo llamado el tío Nicolás:
- ¿Por qué te lamentas Sebastián?
- Me lamento porque llora Adela y Adela llora porque llora Martin y Martin llora, porque Carlitos se ha puesto a llorar, porque el burro mañoso no quiere andar y si tarda en llegar a la casa, su padre lo va a castigar.
- Pues verás cómo yo lo hago marchar.
Entonces todos: Carlitos, Martin, Adela y Sebastián se echaron a reír a carcajadas, diciendo:
- ¡Ja, ja, ja! ¿Cómo una abeja tan chiquita va a poder más que todos nosotros?
El tío Nicolás saco de un frasco una abejita. Esta voló hasta donde estaba comiendo el burro y se puso a zumbar: - ¡Zzz,Zzz…!
El burro le molesto tanto el ruido que dejo de comer. La abejita se posó entonces en la oreja del burro y ¡Zas!, lo picó tan fuerte que salió corriendo sin parar hasta llegar al corral. Tanto corría que Carlitos apenas pudo alcanzarlo… y Martin, Adela y Sebastián se quedaron allí mirándose, con la boca abierta.

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